
I
Mi caída.
Mabee de Lalivero
-Ha pasado mucho –dijo Menardi, yo estaba de espaldas a ella pero estaba segura de que su expresión seria de gran ansiedad o emoción, mientras miraba a las cuatro estatuas de las diosas del faro, ubicadas alrededor de la almenara- el tiempo ha llegado para encender la almenara del Faro de Venus.
-Con la segunda almenara encendida, solo restan dos- dijo Saturos exaltado, su piel celeste pálido, algo escamosa parecía brillar por la emoción.
-No.- dijo Menardi, negando con la cabeza sin mirar a su compañero -Encender Júpiter es virtualmente lo mismo que encender a Marte.
- Es cierto – dijo Saturos pensativo- Júpiter es realmente todo lo que resta.
-Correcto, ahora sus sueños se harán realidad- de la nada salio una voz familiar.
Yo, Saturos y Menardi nos exaltamos, al ver a Aidan llegar por el elevador izquierdo del faro. Venia con una expresión desafiante hacia Saturos.
-¿Por qué estas aun aquí, Aidan?- pregunto Saturos, poniendo cara de pocos amigos.
-¡Creo que te ordené adelantarte hacia el barco!- exclamó Menardi. Casi me da un infarto cuando la escuché exclamar así, me daba miedo, sobre todo su rostro y su piel, era raro ver una piel rosada con un poco de escamas, pero su rostro, tan puntiagudo, tan maléfico…
-Ya he enviado a Carla y a los demás al puerto en Idejima- respondió Aidan calmado.
-¿Entonces por qué has regresado?- preguntó Saturos con apremio.
-Porque- dijo Aidan, con una voz calmada y pausada, sin dejar su expresión de seriedad- yo tengo una diferente promesa que mantener.
-¿Una promesa, has dicho?- pregunto Menardi sarcásticamente, luego me lanzo una mirada fugaz-Te debes estar refiriendo a Mabee…
Aidan frunció el ceño, y por primera vez se alteró.
-Si, Mabee- dijo y sus ojos cafés brillaron de ira- ¿Por qué todavía no la has liberado?- apretó los puños, yo tragué saliva, Saturos y Menardi se lanzaron una mirada de complicidad, esto no me gustaba nada- Prometieron liberarla a ella una vez que ustedes entraran al Faro de Venus.
-¿Y eso es lo que te trajo de regreso hasta acá?- preguntó Menardi volviendo la vista hacia Aidan, con una sonrisa burlona en su rostro…. Esa era la expresión que mas miedo me daba.
Aidan estaba rojo de ira, sus mejillas parecían metales al rojo vivo,
-Ustedes prometieron no involucrar a nadie que no estuviera relacionado en este asunto.
Saturos, me miro como si me evaluase con la mirada. Y luego dijo:
-Mabee es especial.
Aidan pareció calmarse un momento y se llevo su mano derecha al mentón y dijo pensativo:
-Por supuesto...- dijo soltándose la mano del mentón, los demás lo miraron cuando vieron que comprendió a lo que ellos se referían- ¿Por qué Mabee es una Adepta especial?
Saturos y Menardi lo miraron extrañados.
-Ustedes dos han aprendido algo de los dos primeros faros.
-¿Y eso que podría ser?- pregunto Menardi.
-En orden para entrar a cada faro, ustedes necesitan un Adepto de ese clan- dijo Aidan volviendo a tomar su expresión de seriedad, calmada- Justo ahora, tenemos Adeptos de Fuego, Tierra, y Agua, pero ningún Adepto de Viento.
-Ese parece ser el caso- afirmo Saturos.
-Acaso necesitamos a Mabee para entrar al Faro de Júpiter- dijo Aidan mirándome.
-Lo siento Aidan, pero incluso no podremos entrar sin un Adepto de Viento – dijo Menardi.
-Ese parece ser el caso- la voz de Aidan se volvió más desafiante- creo entender porque ustedes no pueden dejar a Mabee libre.
-también parece ser, que tu has aprendido algo.-dijo Saturos con otra traviesa sonrisa, se sacudió los hombros, e instintivamente me fije en el bulto de escamas azul oscuros que tenia en estos-¡Si eso es todo, entonces deberías irte Aidan!
-No. ¡No puedo dejar a Mabee atrás!- dijo, Saturos y Menardi cambiaron sus sonrisas traviesas por expresiones de impaciencia, Aidan se dirigió hacia mi, me tomó la mano y después me dio la espalda mirando a los demás- ¡Me llevare a Mabee hacia el barco!- tragué de nuevo saliva… no…nada bueno, señor, se venia encima.
-¿De qué estas hablando, Aidan?-preguntó Menardi encarando una ceja, cosa que me hizo estremecerme.
-No sabemos que pueda suceder cuando ustedes enciendan la almenara- dijo Aidan. Estaba demasiado nerviosa para hablar-¡No dejare a Mabee aquí para que lo averigüe!
-Te dijimos que protegeríamos a Mabee- Saturos arrugó toda su frente - ¿No confías en nosotros?
-Eso no es lo que estoy diciendo... Es mejor estar seguro- dijo Aidan, me di cuanta de que estaba mintiendo, por el tiempo que se demoro en contestar.
-No nos digas lo que es mejor- gruño Menardi –Aidan Tú no te llevarás a Mabee.
-¿Por qué no?- pregunto Aidan, su voz sonaba irónica- ¿Qué? ¿Ustedes no confían en mí?
-¿Y como podría ser, después de que acabas de exigirnos que liberáramos a Mabee?- pregunto Saturos.
-Si hubiéramos confiado en ti hace unos momentos- dijo Menardi meneando la cabeza- Mabee ahora podría estar libre.
Aidan se volteó hacia mí.
-¡Ven conmigo, Mabee!-dijo Aidan, me tomo la mano -¡Yo te protegeré!
Me mordí un poco el labio, estaba dudosa, Aidan se había portado muy bien conmigo en este poco tiempo que llevábamos conociéndonos, él y su hermana, sabia que Saturos y Menardi no me dejarían salir de aquí así como así.
-¿Estas listo para hacer esto, aunque incluso esto signifique pelear contra nosotros?- pregunto Saturos, usando un tono impaciente.
Lo Sabia. Dije para mi fuero interno.
Menardi musito un poco, mientras se acariciaba su larga cabellera rubia platinada.
-… ¡Creo que el lo es!- exclamó triunfante -El no debió desafiarnos si le hacia falta la voluntad para pelear
Aidan temblaba como un diapasón.
-Si eso significa proteger a Mabee de ser dañada, entonces lo haré- corrió un poco su capa y pude ver como llevaba su mano derecha a su espada amarrada al costado derecho de su cinturón.
-Has visto lo que podemos hacer. Sabes que no puedes detenernos- dijo Saturos triunfante.
-¿Como podrás proteger a Mabee? ¿Cuando ni siquiera puedes protegerte a ti mismo?- se rió Menardi.
Empecé a dudar, Menardi tenia razón Aidan no era rival ni siquiera para ella sola, menos lo seria para ellos dos juntos.
Saturos le lanzo una sonrisa mordaz a Aidan.
-Esta actitud rebelde es exactamente por la que nunca te dejamos pelear
Menardi lo miro con los brazos extendidos, y pude ver más escamas.
-¿No has tenido suficientes razones para temernos en estos viajes?
-No eres un peleador, Aidan - dijo Saturos, sonaba como si hablase con un loco -¿Como puedes esperar enfrentarte contra nosotros?
-¡Nos has cuestionado por ultima vez! ¡Vamos a ver que es lo que puedes hacer!- grito Menardi.
Tenia miedo…me mordí el labio, cerré los ojos y agache mi cabeza. ¡No! …¡No!... ¡Aidan! … ¡NO!... ¿Por qué no podía hablar? ¿El miedo me paralizaba?
-Pablo…- dijo Aidan, abrí los ojos al instante y vi. que cuatro nuevas personas habían llegado al faro…Creo que a uno lo había visto en Tolbi, mientras estaba en la casa de Babi, era rubio, de ojos azules y vestía ropa de viajero, y en su espalda se podía ver su espada, a su lado derecho había un tipo alto, pelirrojo, de ojos verde y con mas contextura que él, a su lado izquierdo había un chico y una chica, el chico era rubio, mas pequeño que los otros dos y llevaba un báculo en su mano, la chica era hermosa tenia unos ojos azul cielo, y un pelo entre blanco y celeste.
-¿así que?-dijo Saturos volteándose hacia los recién llegados-¿Han venido para detenernos?
-¡Mira lo que tu rebeldía nos ha traído, Aidan!- le grito Menardi apuntándole con el dedo.
-¡No te necesito a ti ni a nadie para rescatarme, Pablo!- exclamo Aidan- Estaba a punto de arreglar las cosas con Saturos y Menardi... ¡Ustedes pueden mirar!
>> ¡Y entonces les mostrare el verdadero poder de la luz de esta almenara!
Sonaba tan seguro de si mismo, nunca había conocido alguien así… creo haberme quedado mirando a Aidan un buen tiempo.
-Pero...- dijo, y volví a la realidad, se volteo y miro a todos los presentes- ¡Mabee no tiene nada que ver con esto! ¡Así que pongan a Mabee libre!
-¡Silencio!- grito Saturos dando un pisotón en el suelo-¡Mejor pisas suavemente Aidan o ambos, tú y Mabee sufrirán!
-Si algo le sucede a Mabee, le habremos fallado a Faran...- eso lo dijo la chica de pelo celeste, tocando el hombro del chico pequeño, yo me exalté al escuchar el nombre de Faran, mi padre adoptivo.
-¡No te permitiremos que pongas una mano encima sobre Mabee o Aidan!-dijo el rubio pequeño, aparentemente era mas valiente de lo que creía. Me molestaba no saber sus nombres así que expandí mi Psi- energía que me preemitía leer las mentes ajenas, lo hice evitando los pensamientos de Saturos y Menardi, llegue a los cuatro recién llegados, el chico rubio al que se dirigía Aidan era Pablo, el grandote de su derecha era Matías, el pequeño al lado izquierdo de Pablo era Feño, y la hermosa chica de pelo celeste era Laura.
-¡OH ho! Entonces, ¿también están preocupados por Mabee?- dijo Menardi con una risa falsa taladrando al pequeño Feño con la mirada.
Saturos me estaba mirando a mí y su expresión cambió de seriedad a exaltación, se volteo con una malvada sonrisa en el rostro, luego dijo:
-No se preocupen. No dañaremos a Mabee... Si tú aceptas nuestras condiciones
-¿Que estas haciendo, Saturos?- preguntaron Menardi y Pablo al mismo tiempo, mientras todos intercambiábamos miradas.
-¡Déjame esto a mí!-exclamo Saturos, se volteo y me dirigió una sonrisa perspicaz- ¡Mabee!- casi salto cuando pronuncio mi nombre y me encontré con sus ojos rojos, y su piel azul claro- ¿Recuerdas el bastón conectado con Hesperia?
Todos se voltearon a verme.
-¿el bastón de Hesperia?- dije tímida, pero estaba segura de lo que hablaba.
-¡el bastón requerido para alcanzar el Faro de Júpiter!
-S-Si…-dije aun más tímida cuando se exaltó.
-Aquellos que nos persiguen llevan un bastón… ¿Es el mismo?
Me sorprendí cuando perdí el miedo e iba directamente hacia los recién llegados, pero Menardi me paro con la mirada.
-¡Mabee! ¡Quédate donde estas! ¡Puedes hacerlo desde allí!- sabia muy bien a lo que ella se refería, debía leer sus mentes, volví tras Aidan y empecé a leerlos.
-¿Que hay al respecto, Mabee? – pregunto Saturos encarando una ceja.
Me mordí el labio estaba dubitativa, sus mentes parecían tener una protección, algo que evitaba que pudiese entrar en ella, solo podía entrar en datos generales y poco importantes
-¿Bueno, Mabee?- apremio Menardi, haciendo un movimiento rotatorio con la mano.
-Quizás…- dije…fue lo primero que atine a decir antes de que Saturos me gritase.
- "Quizás..." ¿¡Quizás qué!?
Me escondí tras la espalda de Aidan, temblaba entera.
-¡No le grites a ella!- le grito Aidan…me sentía tan segura a su lado.
-¡No estamos gritando! Solo queremos una respuesta directa-grito Menardi, luego se volteo hacia mí-¿Entonces, Mabee?
-Sus mentes están veladas. No puedo ver claramente... Pero... Pienso... Que éste es- respondí, sacando la cabeza por el hombro de Aidan.
-será una perdida hacer que ella lo intente de nuevo- dijo Saturos, mordiéndose una escama que tenia en su muñeca, la escama era del tamaño de una pelota de golf.
-¿Entonces, que vamos a hacer?- dijo Menardi mirando a Saturos.
Este se volteo hacia Pablo y dijo:
-¿Conoces los términos que requerimos antes de que acordemos no herir a Mabee?
-si, es obvio lo que necesitas- dijo Pablo manteniendo la mirada fija en Saturos.
-Eres más inteligente de lo que pensaba si ya te lo has figurado.
Saturos parecía demasiado satisfecho, más que de costumbre.
-Si nos das el Bastón del Shaman, Mabee no será herida. ¿De acuerdo?
-no- dijo Pablo, seguía firme.
-El quiere el Bastón del Shaman. Si esto salvara a Mabee, yo te la daré- dijo Feño de repente, sonaba decidido.
-¿Qué? ¡Pero Hammet te la dio a ti, Feño!
-¿No te importa lo que le suceda a Mabee?- dijo Menardi con una preocupación fingida.
-¡claro que nos importa!- exclamó Pablo.
-¡Entonces ustedes nos darán EL BASTON!- gritó Saturos, empecé a hiperventilar, estaba segura que algo malo se venia, el trato de Saturos debía tener una falla, tenia las manos en el hombro derecho de Aidan y él llevo una a mi mano intentando calmarme…era inútil…habría mas daño por mi culpa, primero los constructores del faro y ahora estos chicos, buenos chicos.
-¡Bien hecho, Saturos! ¡Finalmente tenemos el Bastón del Shaman!-exclamó triunfante Menardi.
-¡Ve y tráela, Aidan!- ordenó Saturos, haciendo caso omiso a la felicitación de Menardi.
-¿Por qué yo?-preguntó Aidan encogiéndose de hombros.
-¡Para asegurar tu lealtad a nosotros!
Aidan gruño por lo bajo, luego se calmó.
-¡Ve, Aidan!-apremio Menardi apuntando a Pablo.
Se separó de mi, estaba que gritaba no quería que se fuese, me sentía sola, pero me susurró “tranquila”, luego fue hacia los recién llegados, vi. Como Feño sacaba de una funda un gran bastón, se lo pasó a Pablo y Pablo se lo pasó a Aidan, y rápidamente volvió delante de mí. Vi Una rara mirada intercambiada entre Pablo y Aidan.
-¿Qué debo hacer con el bastón?- pregunto Aidan, guardándoselo tras su cinturón.
-mantenla segura- dijo Saturos, Aidan me miro y yo leí su mente.
Vete con ellos, yo estaré bien. Sabía que era mentira, pero si me iba no tendría más problemas, así que partí hacia el otro lado del faro, por donde habían llegado Pablo y Matías, pero Menardi volvió a detenerme.
-¿A donde piensas que vas, Mabee?
-Te dimos la vara. Ahora, ¡liberen a Mabee!-dijo Laura mirando con recelo a Menardi.
-¿Qué significa eso?-preguntó irónicamente Saturos.
-¡Dijiste que liberarían a Mabee si le dábamos la vara!- exclamo Pablo, apuntándole con el dedo.
-Estos eran sus términos- dijo Menardi indiferente.
-¡Te dimos la vara, así que liberen a Mabee!- grito Laura, frunció el ceño.
-Parece ser que nos has malentendido. Dije que no dañaríamos a Mabee... ¡Pero nunca dije que la dejaríamos ir!- dijo calmado y pausado Saturos.
¡Lo sabia!... ahora que seria de esos chicos, yo y Aidan nos miramos preocupados.
-¿Estas alterando el pacto?-gritó Matías, sus mejillas estaban rojas.
-¡Ha! ¡No podemos ayudarte si malinterpretaste los términos de Saturos!- dijo Menardi.
-además, si fuéramos a liberar a Mabee, ella tendría bastantes aprietos- dijo Saturos, vi como mi rostro y el de Laura se llenaban de duda.
-¿A que te refieres?- preguntó Laura, yo seguía hiperventilando, sentía cada vez la ausencia de aire.
-Mabee no puede regresar a Lalivero sola- dijo Menardi mirando a Laura.
-¿A que te refieres? Vamos a llevar a Mabee... Oh no...- Feño estaba muy preocupado, pero sabía lo que eso significaba, yo igual e hiperventilé más.
-Es correcto. Ustedes no van a regresar. ¡Esto es para ustedes!
-¿Perdónenme?- dijo Laura encarando una ceja.
-¡Basta! ¡Ustedes serán los únicos que no van a ir a ninguna parte!- grito Matías.
-¡Aguanten ahí, bribones! ¡Ustedes no vivirán lo suficiente para regresarles su estupidez!-grito Saturos, desenvainado su espada, Menardi desenvaino de su espalda una hoz, el otro grupo también los imitó.
-¡prepárense para experimentar en primera mano el horror de un maestro Adepto de Fuego!- dijo Menardi.
-¡Ah! ¡Eso lo quiero ver!- dijo Pablo. Él llevaba una espada ancha, con una empuñadura de oro, se enfrasco en una lucha con Saturos, Saturos le lanzaba bolas de fuego y Pablo respondía enviándole rocas, pero Pablo no luchaba solo, Matías estaba a su lado enviando inmensas bolas de fuegos.
Al otro lado chocando con bastones y poderes se hallaban Feño y Laura luchando contra Menardi, ella, al igual que su compañero, lanzaba bolas de fuego pero no era rival para Laura y Feño, pues Laura dominaba el agua así que podía apagar sus llamaradas y Feño podía disiparlas con sus remolinos o brisas.
Fue tanta mi hiperventilación que me desmayé…
Desperté en un lugar completamente blanco, no sabia que era, ¿seria el cielo?, ¿estaría muerta?...
No lo sabia solo escuchaba una voz que decía.
Mabee… hija… tranquila… Mabee… hija… tranquila… Mabee… hija… tranquila…
-¡Mabee!... Mabee!... Mabee!...- me desperté lentamente, vi como la batalla seguía, me levante, Aidan me había agarrado al momento del desmayo…
¡Splash!
Menardi salio dispara cerca de nosotros por un chorro de agua, vi a Laura inclinada sobre el cuerpo de Feño, éste se hallaba inconciente, su báculo apuntaba donde había estado Menardi, su expresión era desafiante, y escuche como decía entre dientes.
-nadie…toca… a mis… amigos- y empezó a ocupar Psi-energía sobre Feño, esto hizo que se levantara, de seguro lo curo con sus poderes de agua.
¡Boom!
Mire ahora hacia el lado inferior de la almenara, en la escalera para entrar a esta, vi como Matías y Pablo derribaron a Saturos, lo hicieron con una roca cubierta en llamas.
Los cuatro recién llegados se reunieron.
-¡Lo hicimos! ¡Los hemos derrotado!- dijo Matías triunfante abrazando fuertemente a Pablo, Feño y Laura los imitaron.
-Esta bien, Mabee... ¡Vámonos!- me dijo Laura con una gran sonrisa, pero Aidan se interpuso.
-¡Aidan! ¿Que estas haciendo?-pregunto Pablo.
-No puedo darles a Mabee…- ¿Perdón?... ahora resulta que yo era un objeto... aun que todos se paliaran por mi me dio algo de ego.
-¡Que! ¡Pero si acabamos de salvarte!- exclamo Matías molesto.
- Nunca te pedí que nos ayudaras...-dijo Aidan, me gusto que ocupara el “nos”, pero Laura lo interrumpió.
-Aidan, tú no eres uno de ellos. Ahora tú eres libre de irte...-Laura parecía horrorizada, como si no le gustase lo que hacia Aidan-¿Entonces porque estas haciendo esto?
-Las cuatro almenaras deben ser encendidas...
-¡Vas a encender las almenaras! ¡Eso es estúpido!-exclamo Feño, dejó su boca abierta haciendo una perfecta “O”.
-Siento que hayas dicho eso. ¡Pero de cualquier forma voy a hacerlo!- exclamo Aidan, mirando a todos los presentes.
-Entonces, esperen... Si él pretende encender las almenaras, ¿entonces el es nuestro enemigo, cierto?- preguntó Matías mirando a Pablo, pero él tenia los ojos entrecerrados fijos en Aidan.
-así parece, Matías-le respondió Pablo secamente.
-Haz lo que quieras Pablo, pero si intentas detenerme, pelearé contigo- dijo Aidan, de nuevo vi esa rara mirada.
-Espero que no pienses que has acabado con nosotros- todos nos volteamos hacia la escalera y vimos a Saturos ponerse de pie tambaleándose.
-Puede que ustedes no estén acabados, pero apenas si pueden sostenerse en pie-dijo Laura.
-Ahora mismo, si... Pero regresaremos en nuestros pies... ¡tan pronto como hagamos ESTO!-dijo Menardi arrastrándose a gatas cerca de nosotros.
Saturos se puso de pie y de su capa saco una esfera de cristal verde, era
-¡Oh, no! ¡Él tiro
- Como pudo suceder esto... ¡No pudimos evitar que encendieran la almenara!- dijo Laura impotente.
-Eso no es todo...- dijo Saturos y todos volvimos a mirarlo a él, el sonrió- La energía de la almenara restaurara nuestro poder.
-¿Como puede restaurar su poder? ¿Venus es el elemento de Tierra, cierto?-pregunto Matías a Pablo.
-claro este es el faro elemental de tierra-respondió Pablo extrañado.
-¿Entonces porque Venus le da poder a los Adeptos de Fuego?
¡Mierda! Escuché como la estrella toco el fondo del faro, mire por la almenara y un rayo de luz se acercaba amenazante, de repente toda la cima del faro se inundo en luz blanco-verdosa, y luego se redujo únicamente a un chorro de luz que salía de la almenara. Menardi se puso de pie y dijo:
-Fuego y Tierra comparten una relación simbiótica.
-¡Esta luz restaurara nuestra Psi-energía!-grito Saturos, aspirando fuertemente, como si su segundo aire hubiese llegado, Menardi hizo lo mismo.
-Nosotros te hemos combatido tantas veces que ya aburre. Nosotros no perderemos- dijo Laura riéndose de Saturos.
-Ustedes pudieron habernos derrotado a nosotros dos...-dijo Saturos, frunciéndole el ceño a Laura.
-¡Pero ahora, ustedes verán la verdadera fuerza del Clan de Fuego del norte!-grito Menardi.
-¿Clan de Fuego del norte?-dijo Matías, frunciendo el ceño.
-Soporten el padecimiento de la verdadera fuerza de las estepas norteñas- grito Saturos, mirando al chorro de luz que subía por el cielo.
-¡Oh, Ríndanse! ¡Los derrotamos una vez, lo haremos de nuevo!
Creí haber visto que las escamas de Saturos y Menardi crecían por su cuerpo.
-¡Vete, Aidan! ¡Toma a Mabee y vete!-ordenó Menardi, Pablo y los demás se exaltaron.
-¿Puedo Irme?-pregunto Aidan, nos iríamos por fin, pero… ¿Qué seria de ellos? Algo mas se venia encima peor de lo que ya paso.
-quizás no tengamos la fuerza para proteger a Mabee después de esto-dijo Saturos- ¡Debes llevar a Mabee al barco sin falta!
Aidan me miro.
-¿Qué estas esperando? ¡Vete! ¡Ahora!- ordeno Menardi, Aidan miro a Matías.
-No. No puedo dejarlos que peleen solos.
-¿Estas diciendo que no quieres perder ante Pablo?-pregunto Saturos, Aidan solo asintió con la cabeza.
-Me pregunto si eso es cierto...-dijo Menardi, irónicamente.
-¿Que es eso?-preguntó Aidan, encogiéndose de hombros.
-¿No estarías un poco triste de ver a tus amigos de niñez morir?
-¿Qué estas diciendo?
-Estoy diciendo que estas aquí para proteger estos mocosos de tu pasado- le espetó Menardi.
-¿Realmente piensas que yo podría ayudarlos a ellos?- dijo Aidan ofendido.
-Solo digamos que no dejare que el pasado se interponga-dijo Menardi, apuntando a los demás con el pulgar por encima del hombro.
-¿Y tu, Saturos? ¿Estas de acuerdo?-pregunto Aidan, mirando por el hombro de Menardi a Saturos.
- Yo no diría eso... Pero será lo mejor no levantar nuestras sospechas- dijo Saturos con una sonrisa irónica.
-¿Ahora, quien esta diciendo a quien lo que es lo mejor? ¡Bien! ¡Llevare a Mabee por ti!- exclamo Aidan malhumorado, se volteo tenia una rara expresión en el rostro, me tomo la mano y dijo- ¡Vamos, Mabee!
Bajamos la escalera de la almenara, que daba a una terraza, y luego bajamos una escalera, al lado de esta había tres platillos flotantes, después de esto había una gran plataforma de piedra, íbamos saltando cuidadosamente los bloques flotantes, pero antes de llegar a la plataforma se poso un pigargo primero en esta, y la plataforma empezó a decender sola.
-¡mierda!-exclamo Aidan- ahora tendremos que esperar media hora a que vuelva a subir.
El color de todo en la cima del faro se volvió rojo carmesí.
-¡Oh mi- Ellos están resplandeciendo!-escuche como gritaba Laura, me volteé y tenia razón ahora Saturos y Menardi los envolvían una luz azul eléctrico y un rojo escarlata, respectivamente.
-¡Es hora de que aprendan lo que es el verdadero poder!- dijo Menardi, y su luz paro de brillar, vi ahora como sus escamas empezaban mas aceleradamente a cubrirla.
-¡Su Psi-energía se está desbordando!-grito Feño.
-¡Hya ha, ha! ¡Es muy tarde para correr!-grito Saturos, y rápidamente se abrazo a Menardi, ahora sus escamas crecían mas aceleradamente, y parecían mezclarse las unas con las de los otros, ahora los cubría un bulto de escamas, lentamente este bulto empezó a crecer, hasta que alcanzo la altura de tres metros y después exploto en luz…cuando pude ver de nuevo vi un reptil gigantesco, con dos cabezas con alas y escamas azul eléctrico… ¡mierda! ¡Un dragón!... no alcancé a mirarlo mas, Aidan me empujo para volver al faro, cuando volvimos me tomo de la mano y nos escondimos debajo de la escalera.
Aidan me abrazo, y yo estaba demasiado nervios, y él también, escuchábamos lo rugidos de la bestia, y de repente escuche el grito desgarrador de Laura.
-¡Ah!… ¡me ha mordido!... ¡me ha mordido!...
Seguí escuchando exclamaciones de dolor, quería leer sus mentes para ver que sucedía, pero el miedo me paralizo, no podía. Escuche como algo golpeo la escalera, me asuste.
-¡tranquila!-exclamó, frotando mi hombro, hizo eso después de que le tirase de su cola de caballo-debió solo ser un ataque mal dirigido.
-¡¡¡se acabo…JUICIO FINAL!!!- grito Pablo a lo lejos, de repente todo fue ruido y una luz blanca, escuchamos el grito de la bestia, y cuando todo paso y todo volvió a su color normal Aidan y yo salimos rápidamente de la escalera.
Vimos a Saturos y a Menardi, se veían distintos, ahora no tenían escamas.
-¿Cómo?... ¿Cómo?... ¿Hemos perdido?- dijo Saturos débil, estaba parado junto al hueco de la almenara.
-éramos superiores en todas las formas, pero aun así fuimos derrotados... –Menardi estaba junto a él, entonces ambos cierran los ojos y cayeron dentro de la almenara… no asimile al instante solo me quede mirando el hueco de la almenara sin prestar atención a nada ni a nadie hasta que…
-¡Aidan!-escuche exclamar a Matías, y volví mi vista y mi atención a ellos.
-¿Acaso los han acabado?-pregunto Aidan con tono incrédulo-Nadie más conocía de sus poderes mejor que yo. Si ustedes los destruyeron... Entonces no soy oponente para ustedes ahora, Pablo... Yo debo irme... ¡Vamos, Mabee!
Me fije que el ascensor había vuelto, Aidan se volvió hacia mi pero sin mirarme.
-¡Espera, Aidan!-escuche gritar a Laura.
-¿Por qué tú huyes de nosotros?-pregunto Pablo.
-¡Ellos cayeron dentro del faro! ¡Todo a terminado!-grito Matías.
-Pobres tontos... ¡Si piensas que se a terminado, están en un triste error!-Aidan se rió falsamente.
-Si planeas encender las otras almenaras, tú aun necesitaras...-dijo Laura, pero Aidan la atajo.
-¿Las Estrellas Elementales?-dijo Aidan, musitando después de la pregunta-¡Yo las tengo!
-¡Ellos se han ido, Aidan! No tienes porque encender más las almenaras...-exclamo Feño.
-Si, lo haré. Si no enciendo las almenaras...
-¿Que sucederá?-grito Matías, con el ceño fruncido.
-¡No tiene sentido hablar de eso!... ¡Solo esperen y vean!-grito Aidan.
-¡Si no liberas a Mabee, tendremos que tomarla de regreso!-grito Laura, Aidan iba a responder algo, pero empezó a temblar escandalosamente, casi perdí el equilibrio, pero pude ver como el faro se dividía en cuatro, todo se estaba derrumbando, pero el chorro de luz que subía por el cielo se achico un poco, pero ahora en su lugar había una gran esfera flotante de luz verde…otro temblor, perdí el equilibrio iba a caer pero me agarre del borde de la terraza.
-¡Nooooo! ¡Mabee!- grito Aidan.
-No puedo...-dije y empecé a llorar, mire hacia abajo, todo era una gran nube de polvo.
-¡Debes intentarlo! ¡Si no lo haces, tú caerás!
-¡Mira abajo!... ¡Los cimientos del faro se están colapsando!- no podía parar de llorar, no por miedo, sino por ser la ultima vez que lo vería, sus ojos castaños, su pelo bronce, su cara, afligida por mí.
-¿Por qué esto esta sucediendo? ¿Es para proteger al Faro de Venus?
-Me estoy deslizando... No puedo aguantar más tiempo- dije, mi mano se empezó a resbalar, y para mas remate mis lágrimas no me dejaban verlo.
-¡Nooo! ¡No te vayas! ¡No puedes! Tú...- balbuceo Aidan.
-Adiós, Aidan y gracias- me solté y cerré los ojos…pero antes escuche algo.
-¡¡¡MABEE!!! ¡No! ¡No te dejare morir! –grito Aidan.


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